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Resumen

Introducción

Identificar y evaluar la prevalencia de sujetos con alto riesgo de padecer la enfermedad del hígado graso no alcohólico NAFLD/NASH que, por lo tanto, tienen un alto riesgo de fibrosis hepática. Además, la mayoría de los sujetos con HGNA presentan comorbilidades metabólicas como obesidad, diabetes mellitus y dislipidemia, y tienen una mayor mortalidad global en comparación con los sujetos sin HGNA.

Todos los detalles:
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Evaluación de la enfermedad del hígado graso no alcohólico

El estudio de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) consiste en evaluar la presencia, gravedad y posibles complicaciones de una afección caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado de individuos que no consumen alcohol en exceso. La NAFLD es un trastorno hepático frecuente que abarca desde el hígado graso simple (esteatosis) hasta la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), que implica inflamación y daño de las células hepáticas.

Descripción:

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA) es un problema sanitario creciente en todo el mundo, a menudo asociado a la obesidad, la resistencia a la insulina, la diabetes de tipo 2 y el síndrome metabólico. La NAFLD abarca un espectro de enfermedades, siendo el hígado graso simple la forma menos grave y la NASH la más grave debido a la posibilidad de inflamación, cicatrización (fibrosis) y progresión a cirrosis.

Métodos de evaluación:

  • Historia clínica y exploración física: Un profesional sanitario revisará el historial médico del paciente, los factores de riesgo y realizará una exploración física. Los factores de riesgo del HGNA son la obesidad, la diabetes, el colesterol alto y el síndrome metabólico.
  • Análisis de sangre: los análisis de sangre pueden medir los niveles de enzimas hepáticas, marcadores de inflamación e indicadores de la función hepática. Un nivel elevado de enzimas hepáticas puede sugerir inflamación o daño hepático.
  • Técnicas de imagen:

Ecografía: técnica de imagen no invasiva utilizada para visualizar el hígado y evaluar la acumulación de grasa.

Fibroscan o elastografía transitoria: mide la rigidez del hígado para estimar el grado de fibrosis hepática.

Resonancia magnética o tomografía computarizada: estos métodos de diagnóstico por imagen pueden proporcionar información detallada sobre la estructura del hígado, incluida la extensión de la grasa y los posibles signos de inflamación o fibrosis.

  • Biopsia hepática: aunque se considera el patrón oro para diagnosticar el nash y evaluar la fibrosis, la biopsia hepática es un procedimiento invasivo que consiste en extraer una pequeña muestra de tejido hepático para examinarla al microscopio.
  • Sistemas de puntuación no invasivos: se han desarrollado varios sistemas de puntuación y algoritmos para estimar la gravedad de la enfermedad hepática basándose en una combinación de datos clínicos, de laboratorio y de imagen. Algunos ejemplos son la puntuación de fibrosis nafld y el índice de fibrosis-4 (fib-4).
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Objetivos de la evaluación:

  • Diagnóstico: evaluar el hígado graso implica confirmar la presencia de hígado graso y distinguir entre hígado graso simple y estadios más avanzados como la EHNA.
  • Gravedad: determinar el grado de inflamación y fibrosis es importante para comprender la progresión de la enfermedad y orientar las decisiones terapéuticas.
  • Riesgo de complicaciones: identificar a los pacientes con mayor riesgo de complicaciones, como cirrosis y complicaciones relacionadas con el hígado, es crucial para intervenir a tiempo.

Tratamiento y gestión:

El tratamiento de la HGNA implica abordar los factores de riesgo subyacentes, como la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico. A menudo se recomiendan modificaciones del estilo de vida, incluida la pérdida de peso mediante dieta y ejercicio. Se están estudiando tratamientos farmacológicos, sobre todo para la EHNA con fibrosis avanzada.

Las evaluaciones periódicas de control y seguimiento son esenciales para seguir la progresión de la enfermedad y ajustar las estrategias de tratamiento según sea necesario. La identificación y la intervención tempranas son fundamentales para prevenir daños hepáticos mayores y las complicaciones asociadas al HGNA. Si sospecha que puede padecer HGNA o está en riesgo de padecerla, es importante que consulte a un profesional sanitario para que le realice una evaluación y le ofrezca orientación adecuadas.