Resumen

Resumen
El objetivo de este estudio es identificar y evaluar la prevalencia de sujetos con alto riesgo de cirrosis, una afección hepática grave que se produce como consecuencia de un daño hepático prolongado. La cirrosis puede provocar complicaciones graves como insuficiencia hepática y cáncer de hígado. La mayoría de los individuos con cirrosis tienen afecciones subyacentes como hepatitis vírica crónica, trastorno por consumo de alcohol o enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD).
Intro:
Identificar y evaluar la prevalencia de sujetos con alto riesgo de cirrosis, que suele estar causada por enfermedades hepáticas crónicas como la hepatitis, las enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol y la NAFLD. Las personas con cirrosis pueden desarrollar complicaciones importantes, como insuficiencia hepática y aumento de la mortalidad.
Todos los detalles:
Si desea más información sobre este estudio, póngase en contacto con nosotros en el (877) 780-4333.

Evaluación de la cirrosis

La valoración de la cirrosis implica evaluar el daño hepático y sus posibles complicaciones. La cirrosis representa la fase avanzada de la fibrosis, en la que el tejido cicatricial sustituye al tejido hepático normal, lo que provoca un deterioro de la función hepática.

Descripción:

La cirrosis es una enfermedad caracterizada por la cicatrización irreversible del hígado y el deterioro de la función hepática debido a un daño hepático prolongado. Suele ser consecuencia de enfermedades crónicas como la hepatitis crónica (B o C), el abuso del alcohol y la NAFLD. La cirrosis evoluciona en varias fases y puede provocar complicaciones potencialmente mortales como hipertensión portal, varices, insuficiencia hepática y cáncer de hígado.

Métodos de evaluación:

Historia clínica y exploración física:
Los profesionales sanitarios evaluarán la historia clínica del paciente, los factores de riesgo (por ejemplo, consumo de alcohol, infección crónica por hepatitis o afecciones metabólicas) y realizarán una exploración física para identificar signos de cirrosis como ictericia o agrandamiento del hígado.

Análisis de sangre:
Los análisis de sangre evalúan la función hepática y buscan marcadores de daño hepático, como enzimas hepáticas elevadas, bilirrubina y anomalías en la coagulación. Estas pruebas ayudan a comprender el alcance de la lesión hepática.

Técnicas de imagen:

Ecografía: Imagen no invasiva para detectar el tamaño del hígado, su textura y cualquier anomalía como nódulos o aumento de la rigidez.
Fibroscan o elastografía transitoria: Mide la rigidez del hígado para estimar la fibrosis y la gravedad de la cirrosis.
IRMo TC: Ofrece imágenes detalladas de la estructura del hígado para evaluar la extensión de la cirrosis y detectar cualquier complicación relacionada.

Biopsia hepática:

En determinados casos, puede ser necesaria una biopsia hepática para examinar el tejido hepático al microscopio y confirmar el grado de fibrosis y cirrosis.

Sistemas de puntuación no invasivos:

Sistemas de puntuación no invasivos: Los sistemas de puntuación como el índice Fibrosis-4 (FIB-4) o el índice de relación AST-Platelet (APRI) estiman la gravedad de la fibrosis a partir de los resultados de análisis de sangre y otros datos clínicos.

Objetivos de la evaluación:

Diagnóstico: Confirmar la cirrosis y determinar la causa subyacente (por ejemplo, hepatitis vírica, trastorno por consumo de alcohol).

Gravedad: Evaluar el grado de daño hepático y cicatrización para comprender el estadio de la enfermedad y orientar el tratamiento.

Riesgo de complicaciones: Identificar a los pacientes con mayor riesgo de complicaciones relacionadas con la cirrosis, como la hemorragia por varices o el cáncer de hígado.

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